En
general, el bolígrafo, es de difícil manejo como instrumento de dibujo, puesto
que no admite correcciones como otros procedimientos. Al mismo tiempo su punta
aguda y punzante exige un gran dominio tanto de las líneas de contorno como de
las tramas que cubren las superficies.
Los
dibujos realizados con este procedimiento se compone de tramas formadas por
puntos repartidos según diferentes densidades, por pequeños trazos superpuestos,
por líneas alargadas que se diluyen en sus extremos o por comillas o garabatos
superpuestos hasta lograr los efectos deseados.
Con
esta técnica es posible obtener formas sutiles o rotundas, contrastes marcados
y transparencias. La superposición de tramas en varios colores hace posible,
asimismo, los más sorprendentes efectos y mezclas cromáticas. Se pueden obtener
dibujos de gran realismo o utilizarse como técnica de abocetado.
El bolígrafo
se puede usar desde el dibujo lineal, tramado, manchas y planos texturados y
"pintar" con gradientes y esfumados.
Para
las tramas es recomendable ver las imágenes de los billetes, siendo el mejor ejemplo. Así como los artistas
grabadores de aguafuerte, punta seca, etc.
Para
las manchas se usa lo que se llama positivo-negativo, manchas de un color para
las sombras y respetar los espacios en blancos para las luces mediante
reservas.
Es
recomendable estar siempre con un papel debajo del borde de la mano con la que
dibujas así no corres la tinta. Dibujar con varias bolígrafos porque con uno
solo agotarás la punta y entonces dibujan entrecortado o te tiran gotas de
tinta que arruinan el dibujo. Por ultimo, trabajar limpiando la punta
periódicamente mientras dibujas. Una buena alternativa es el bolígrafo de tinta
gel que es mas sensible al ángulo en que la apoyas y es más delicado el dibujo.
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